El eterno debate: ¿los diseñadores deberíamos aprender a programar?
El debate sobre si los diseñadores tendríamos que aprender a programar parece no tener fin, sobre todo ahora, con la explosión de la Inteligencia Artificial.
En esta serie de posts, quiero explorar las ventajas que tiene aprender a programar siendo diseñador.
Te ayuda a entender el destino final de tus diseños
Imagináte diseñar una silla sin pensar en los materiales, la ergonomía o la estructura. Capaz que se ve espectacular en el papel, pero cuando llegue el momento de fabricarla, los que se encargan de hacerla probablemente se encuentren con un montón de problemas. Y lo más seguro es que las personas que la usen terminen sentadas en el piso.
Si no me creés, preguntale a Calatrava, a Norman Foster con su infame Puente del Milenio o a los habitantes de Brasilia (sí, Niemeyer, te estoy mirando a vos).
Entender las herramientas, los recursos y los procesos que se van a usar para implementar nuestro diseño es clave. Diseñar pensando en cómo nuestras decisiones van a afectar a quienes tienen que materializar la idea y a quienes van a usar el producto final hace toda la diferencia.
No hace falta que nos convirtamos en programadores expertos, pero tener una idea básica de cómo se concretan nuestras propuestas visuales nos puede ayudar muchísimo. Así, no solo hacemos más fácil el trabajo de los desarrolladores, sino que también mejoramos la experiencia del usuario final.
Y esto no aplica solo al diseño digital; pasa en todas las disciplinas.
Por ejemplo, hace un tiempo tuve que diseñar un letrero metálico bastante grande. Cuando mandé el diseño al taller, la persona que lo iba a fabricar me dijo que había partes que eran imposibles de hacer por cómo estaban planteadas y por las limitaciones del material. Tuve que ajustar el diseño y poner esas letras sobre otra superficie. ¡Lección aprendida!
Entender las limitaciones técnicas desde el principio no solo hace más sencillo el proceso, sino que mejora el resultado final.